La socialización del otro

Dues maneres de relacionarse amb altres
Deux façons de se rapporter aux autres
Two ways of relating to others


No se debe olvidar la llamada comunista a crear ejércitos de trabajadores, punto del Manifiesto inmediatamente anterior al punto que llama a la creación de escuelas obligatorias para todos los niños. Ya el Terror nos lo había dejado claro: los niños no son de sus padres, son de la República. Pero nos podemos remontar hasta donde se tiene memoria. En la vieja Esparta,  Al cumplir siete años, los jóvenes espartanos debían partir de su hogar y ser educados en la comuna donde recibían su instrucción militar y civil, aprendían los principios de defensa y tomarían la definitiva identidad espartana. A la misma edad que los hombres, toda mujer espartana ingresaba en la comuna para poder ocuparse de la crianza.
De modo que la inmersión y normalización no son cosa de hoy en día. Vienen tan de siempre como el dolor de cabeza. Si se quiere algo homogéneo, no se puede dejar de homegeneizar. Quizás sea incluso algo bueno, no sé, todos queremos ser normales en alguna medida, ser parte de un grupo e ir en el medio. Pero no necesariamente es eso a lo que llamamos socializar.
España, dice nuestra Constitución, es un Estado Social. Es interesante que esto sea lo primero que declaramos ser. Creo que se ve fácilmente la relación con la frase El Estado somos todos. Socializar, en este sentido, significa hacer que algo que es de uno, sea de todos. A veces se escuchan voces que defienden "socializar las ganancias" o reclaman "socializar la vivienda". Esto significa que el que ha ganado, tiene que poner para los que no lo han hecho, o que el que tiene, tiene que dar. Los niños, por tanto, que los padres creen sus hijos, son socializados cuando pasan a ser de todos, es decir, apropiados por otros. Pero nada es de todos, claro. "Todos" no es nadie en concreto. El Estado hace ese papel, concretamente los funcionarios estatales encargados de la educación, que se erigen en nuevos padres y madres de los hijos de los otros. Y es a eso a lo que se refieren en el fondo con socializar, entiendo.
Por otra parte, en los mensajes más habituales, socialización se refiere a pasarlo mal, a sufrir, de modo que las personas seríamos básicamente aprendices de dolor. Da igual que todo lo que se enseña en las clases o en los libros pueda ser aprendido fácilmente por uno mismo. Da igual por tanto que la escuela no cumpla con su supuesto cometido de enseñanza. Dado que la enseñanza principal es "cómo sobrevivir en tu primera cárcel". Ya se sabe, un entorno de inseguridad en el que la jerarquía está totalmente determinada y uno puede encontrar a pesar de todo su hueco. El patio de recreo es la preparación para los otros patios que te esperan de mayor. Y si es así, mejor que sea de sólido cemento, helado en invierno, duro como la vida. En realidad, tal precariedad tiene efecto en tanto que todo lo demás consiste en escapar de él, u olvidarlo. Sin embargo podemos amoldarnos (socializarnos) a todo, y bastantes de los que pasan su infancia en esta estructura, luego no pueden dejarla, pues no conocen otro mundo, son "incapaces de acostumbrarse a la libertad", y regresan voluntariamente al patio. Y eso, los valientes. Otros, quizás más, nunca salen de él, por miedo a lo que está afuera, por miedo al caos.
Socialización puede ser por tanto una descripción de la propia vida. Y está bien si es la propia vida de uno. Ninguna vida es perfecta en todos los sentidos, y no tenemos otra para vivir. 
Pero otros sí tienen otra vida. 
Y ese es el kikirikí de la cuestión.
Es difícil entenderlo, pero es fácil si lo intentas.
Los niños no se les quitan sólo a los padres. Mucho más grave que eso es que se les expropia a ellos mismos. De la propiedad de sí mismos. 
Y va a ser que no.


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