Imitatio Christi


San Juan 7:15 Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? 


   En el tiempo que llevamos sobre la tierra, pocas cosas nos han pasado más importantes que la religión cristiana. Apareció en un lugar dominado por Roma, y se expandió principalmente por su Imperio. Primero sigilosamente, luego como víctima de él, y finalmente como su religión oficial. Aquí en una de las cartas de san Pablo, uno de los primeros romanos conversos, vemos un motivo, pues se predica lo que a Roma le faltaba.

1 Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe.
2 Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy.
3 Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.
4 El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla.
5 No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.
6 No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad.
7 Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
8 El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado.
9 Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías también son algo muy limitado;
10 y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.
Corintios 13, 1-8

   En el mundo de libertades personales de Roma, habían surgido multitud de dioses, de cultos, de misterios. Los predicadores y sacerdotes, locales como foráneos, competían por dar a entender su Verdad revelada. Pero ante el cristianismo, todas quedaron en nada. Es alucinante contemplar desde aquí, cómo el cristianismo pasó a ser nuestra fe, nuestra moral, nuestra vida, por siglos y siglos, como ver un mar.

España formó parte de ello desde el principio:

   Saldré para España..., y sé que mi ida ahí cuenta con la plena bendición de Cristo... Así llegaré con alegría donde ustedes y, si Dios quiere, descansaré en su compañía... Que el Dios de la paz esté con vosotros. Amén.

Santiago Apostol, Epístola a los Romanos. 15,28-33
   Veremos en otro momento en qué manera el cristianismo fue obligado, cual una educación obligatoria; pero su aspecto más novedoso, al menos en éste lado del mundo, fue su capacidad de sugestión.Dío y yo teníamos hecha una historieta, que (me parece) resume correctamente (en parte) el paso del Imperio romano a la Europa medieval cristiana.

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